Tres reglas para ser un maestro de la parrilla

Ha salido el sol y el verano está en el horizonte. El fin de semana del Día de los Caídos inició todo una vez más este año, pero es hora de romper los delantales y las parrillas. Algunos dirán que ser un maestro de la parrilla es un "arte perdido" y esta generación está olvidando las técnicas de aquellos que nos precedieron. Si bien ese debate es para otra pieza, hay pasos que puede tomar para mejorar sus resultados cuando se encuentra frente al fuego caliente. Estas tres reglas son un gran primer paso en esa dirección.

El saneamiento durante el proceso de asado es importante. Limpie todo lo relacionado con la comida. Comience restregando la parrilla con un estropajo seco o un cepillo, usando limpiadores de parrillas que están disponibles en la mayoría de los minoristas principales. Frote todos los utensilios también, incluso si tiene un juego de parrilla especial que solo se usa para asar a la parrilla. Asegúrese de que todos los elementos de ese juego estén limpios antes de cada uso. Es un consejo de seguridad importante que aliviará su corazón y potencialmente los estómagos de todos los involucrados.

Mantenga todo en recipientes separados. La mejor opción es comprar un juego de recipientes de aluminio desechables, uno para cada tipo de carne que planee cocinar. Asegúrese de que estén separados, deséchelos una vez que se retira la carne para asegurarse de que no se vuelvan a usar. Esto se hace para evitar la propagación de gérmenes a la carne.

Esto también significa usar utensilios separados cuando se manipula la carne para sazonar o para llevarla a la parrilla. Si tiene salsas o recipientes de especias que accidentalmente tocan la carne cruda, entonces no puede usarlos más en la comida, deben desecharse. Nuevamente, este es un paso importante para garantizar que la comida sea segura durante la preparación.

Ahora viene la parte difícil. Todo el mundo se pregunta cuándo es el mejor momento para dar la vuelta a la carne o retirarla por completo de la parrilla. La respuesta es que el termómetro para alimentos es tu amigo.

El primer paso es llevar la parrilla a aproximadamente 225 grados a 300 grados Fahrenheit. La temperatura para conservar la carne varía según el tipo de carne. La carne de res, cerdo, cordero, ternera y pescado deben alcanzar los 145 grados. Las hamburguesas, la carne molida, las aves y las carnes precocinadas deben alcanzar entre 160 y 165 grados. Una vez que la comida esté lista, guárdela en un recipiente tapado para que se mantenga caliente y refrigere todas las sobras.

Al igual que cualquier otra habilidad, asar a la parrilla requiere práctica y práctica. Asa a la parrilla en casa para ti mismo antes de mostrar tus habilidades para grupos más grandes. Usted y todos los que comen su comida se beneficiarán de obtener las repeticiones.

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